sábado, 4 de junio de 2011

Mátame así

Entramos a la casa, la alfombra era grande y sobre una mesa de mármol crema había un pene de cerámica, inciensos, recuerdos del carnaval de Río de Janeiro y una serie de cosas extravagantes que jamás pensé encontrar en una casa normal. Los muebles eran de cuero negro, muy cómodos por cierto, decidí echarme en uno de ellos y apoyé mi rostro en uno de los cojines. El cojín olía a marihuana y un poco de cerveza derramada, hasta el momento todo andaba bien, a excepción del aquel pene en la mesa. Luis sale de la cocina, nos da un poco de agua, nos moríamos de sed y tomamos toda el agua que pudimos, cuando terminaba mi vaso me percaté de cierto polvo blanco en la parte inferior, rápidamente me di cuenta que algo andaba mal. No quise asustar a Carolina, lo único en mi mente, en aquel silencio que me inundaba mientras ellos dos reían, era que tenía que mantenerme despierta pase lo que pase.
Carolina empezó a tener sueño repentinamente mientras tomaba un vaso de whisky puro sin hielo porque estaba enferma. Mis ojos se empezaban a cerrar, luchaba contra la corriente que me adormecía todo el cuerpo. En la niebla de mis ojos cerrándose despacio, pude observar a Luis acariciando a Carolina dormida, en mi mente dije “puta madre este marica nos va hacer algo”. Me paré y fui al baño casi arrastrándome, Luis volteó y me dijo riéndose “qué sucede estás bien”, sonreí y le dije “nada estoy un poco ebria”. Entré al baño, me lavé la cara y tomé toda el agua que pude tomar en mi vida, quería orinar para tratar de botar la sustancia que nos dio. Escuche ruidos afuera, había un hombre más y me tocaron la puerta, llevaba mucho tiempo en el baño.
Gracias a Dios era la voz de mi vecino, abrí la puerta y lo jalé rápidamente a la cocina, le expliqué todo lo que había pasado y que tenía que sacarnos de ahí, le pregunté donde carajo estaba Carolina y me contestó riéndose “Tranquila Ariana, Carolina la está pasando muy bien”. Él no me entendía solo se reía, me di cuenta que el estaba de su lado. Me agarró fuerte de la mano y yo prácticamente me caía ya no podía más. Me tuvo que cargar y me llevó a un sótano, un espacio pequeño con sillones rojos y una mesa de billar, donde me recostó y me dijo que todo estaría bien que el velaría mi sueño.
Echada en esa mesa, sentía frío, mi piel se escarapelaba mientras el acariciaba mi rostro, cerré los ojos un momento esforzándome en no dormir, él me decía al oído y en voz baja que si yo le hubiera hecho caso a tiempo todo sería diferente, empezó a llorar sin razón, a golpear la mesa, yo estaba inmovilizada y sentía como pasaba una aguja por mi brazo. Parece que se había olvidado algo arriba y subió rápidamente, casi desesperado de angustia. En el pequeño sótano, había un congelador en una esquina, casi arrastrándome me metí y luego que lo hice nunca más tuve fuerza para abrirlo.
Encontraron mi cuerpo al día siguiente, abrieron la congeladora y yo estaba ahí inmóvil, dicen que morí de un derrame cerebral, la cara de carolina enmudecida, explotó en llanto, lo que me parece raro es que aparentaba estar normal. Llamó rápidamente a Luis y al vecino, y ellos empezaron a echarse la culpa unos a otros. Hasta aquí no podía entender nada.
-Luis la cagaste- dijo Carolina
-Qué hablas, zorra de mierda quien te manda a drogar a tu amiga para comerte a Luis.
- Fue una broma que todos planeamos, por joder a Ariana, es culpa de todos- dijo Luis.
- Javier eres un imbécil, ¿no la recostaste para que se duerma acá?
- Claro que sí pero empezó a delirar huevadas, me dijo que tenía frío empezó a llorar, a decirme que la perdonara, también me dijo que te estaban violando. De la nada se empezó a poner demasiado roja y nerviosa, decidí subir corriendo a avisarles pero no me hicieron caso. Luego me olvidé por completo de ella, cuando empecé a fumar.
La situación que mi mente imaginaba, Fue demasiada presión para mí y así morí congelada el 2 de junio del 2011. Gracias chicos.

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